¡SALUDOS, FAMILIAS!

A través de este nuevo blog pretendemos establecer un cauce de comunicación para la orientación familiar. Así pues, papás y mamás, este sitio es para vosotros que tenéis entre manos la apasionante aventura de educar a vuestras criaturas.
Queremos que dicha aventura sea buena de verdad, como corresponde al Colegio Buenaventura, y por eso os ofrecemos la posibilidad de encontrar consejos y orientaciones para esos pequeños (o grandes) problemas que soléis comentarnos.
Vuestra colaboración será inestimable y podéis comunicaros con la Unidad de Orientación a través de los comentarios a pie de entrada o a través del correo electrónico.
Esperamos que esta iniciativa sea de utilidad para todos.

martes, 16 de marzo de 2010

LOS NIÑOS NECESITAN LÍMITES Y NORMAS



Una disciplina eficaz a la hora de aplicar los límites a nuestros hijos es lo más importante. Si nosotros presentamos una buena regla, nuestro hijo estará dispuesto a cumplirla porque lo que quieren ellos es agradarnos. Por ello es preciso tener en cuenta una serie de orientaciones básicas que se presentan a continuación:


Tener objetividad
Es frecuente oír de nosotros mismos y de otros padres expresiones como "Pórtate bien", "Sé bueno" o "no hagas eso". Las expresiones significan diferentes cosas para diferentes personas. Nuestros niños nos entenderán mejor si hacemos nuestras normas de una forma más concreta. Un límite bien especificado dice a un niño exactamente lo que debe hacer: "Habla bajito en una biblioteca"; "Da de comer al perro ahora"; "Agarra mi mano para cruzar la calle". Esta es una forma que puede aumentar substancialmente la relación de complicidad con el niño.


Ofrecer opciones
En muchos casos podemos dar a los niños una oportunidad limitada de decidir como cumplir las "órdenes". La libertad de elección hace que un niño sienta una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias. Por ejemplo: "Es la hora del baño. ¿Lo quieres tomar con la ducha o en la bañera llena?"; "Es la hora de vestirse. ¿Quieres elegir un pantalón o lo hago yo?" Esta es una forma más fácil y rápida de decir a un niño exactamente lo que hacer.


Ser firmes
En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Un límite firme dice a un niño que él debe parar con dicho comportamiento y obedecer a tus deseos inmediatamente. Por ejemplo: "Vete a tu habitación ¡ahora!" o "¡Para!, los juguetes no son para tirar". Los límites firmes son mejor aplicados con una voz segura, sin gritos, y una seria mirada en el rostro. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción de obedecer o no. Ejemplos de límites ligeros: "¿Porqué no llevas tus juguetes fuera de aquí?"; "Debes hacer las tareas de la escuela ahora"; "Venga, a casa ahora, ¿vale?" o "Yo realmente deseo que te limpies". Esos límites son apropiados para momentos cuando se quiere que el niño actúe en un cierto camino. De cualquier modo, para esas pocas obligaciones que "deben estar hechas", serás mejor cómplice de su hijo si le aplicas un firme comando. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario.

Acentuar lo positivo
Los niños son más receptivos a lo que les ordenan que a la prohibición. Directivas cómo el "no" o "¡para!", dicen a un niño que su comportamiento es inaceptable pero no explica qué otro comportamiento le gustaría. En general, es mejor decir a un niño lo que debe hacer ("Habla bajo") antes que lo que no debe hacer ("No grites"). Padres autoritarios dan más órdenes "no", mientras los demás están propensos a aplicar el orden con el "hacer".


Seguiremos dando más orientaciones sobre límites y normas.